Por qué interesa comprarse un coche diésel hoy en día

La guerra contra diésel -que ya empezara con “el diésel tiene los días contados” de Teresa Ribera, ministra en funciones para la Transición Ecológica- y las restricciones al tráfico en grandes ciudades como Madrid con el propósito de reducir las emisiones contaminantes en el medio ambiente están a la orden del día. Por este motivo, decir ‘me quiero comprar un diésel’ es probablemente una locura. No obstante, esta clase de vehículos aún tiene esperanza ya que, según recoge el portal digital ComputerHoy, existen tres razones por los que a día de hoy compensa comprar un diésel.

La primera de las razones es que este tipo de automóviles son una opción económica para largos kilometrajes ya que el diésel es un combustible que está en todas las gasolineras y es perfecto para aquellos que quieran realizar muchos kilómetros con su coche.

Por el momento, los eléctricos todavía no llegan a ofrecer la autonomía que poseen los vehículos de combustión interna, y las alternativas de gas tienen complicado encontrar dónde repostar en ciertas zonas.

A pesar de que el desembolso inicial por adquirir un diésel nuevo es más elevado, con su uso intensivo se trata de una opción que sale rentable a los conductores. Primero, sigue siendo más barato que un gasolina, aunque la diferencia entre ambos carburantes sea cada vez más pequeña. Además, hay que sumarle el hecho de que, a igual de motor y prestaciones, el coche movido por gasóleo tiene un consumo inferior al de uno gasolina. Asimismo, el hecho de girar a menos revoluciones hace que un motor de este tipo aguante más y pueda tener una vida útil más extensa.

El segundo motivo por el que interesa comprarse un diésel es la posible bajada de precio de esta clase de automóviles. Especialmente en el mercado de ocasión y vehículos usados -ya que en el de nuevos es más difícil preverlo-, donde es de esperar que los coches de gasóleo bajen de precio paulatinamente. Según el portal digital, todo apunta a que las constantes amenazas, tanto a nivel europeo como estatal, y su demonización provocarán que muchos propietarios de estos automóviles quieran deshacerse de ellos para comprarse uno más ‘limpio’, por lo que habrá más oferta y se reducirán las tarifas.

Por último, como dice el refrán ‘hecha la ley, hecha la trampa’. Con todas las restricciones impuestas al tráfico, los fabricantes de vehículos han llegado a la conclusión de que acoplar tecnología micro-híbrida con sistemas eléctricos de 48 voltios a los motores diésel es la mejor solución para saltarse la ley de forma legal, según afirma Computer Hoy.

De este modo, determinados vehículos propulsados por gasóleo -en ocasiones, con una potencia alta- poseen una etiqueta ECO con la que prácticamente tienen vía libre para acceder a las zonas restringidas al tráfico

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